Cómo crecer espiritualmente con tu pareja
Usted y su cónyuge pueden sacar tiempo para una cita nocturna, pero ¿han hecho tiempo para hacer crecer su fe juntos? Si somos honestos, todos podríamos crecer en esta área.
Muchas parejas desearían estar más cerca espiritualmente. Y tiene sentido ya que el matrimonio es, ante todo, una relación espiritual. Fuimos creados para estar en comunidad con Dios y con otras personas. Eclesiastés 4:12 (NVI) dice: “Aunque uno sea vencido, dos pueden defenderse. Un cordón de tres dobleces no se rompe rápidamente." Un matrimonio que invita a Jesús a unirse será más fuerte que uno que lo deja fuera.
Aunque la Biblia dice que dos son mejores que uno, eso no significa que el matrimonio sea fácil. Y eso no significa que mantener a Dios en el centro de su relación sea una tarea de una sola vez. Se necesita intencionalidad, pero la recompensa vale el trabajo.
Aquí estánCuatro maneras en que usted y su cónyuge pueden hacer crecer su fe juntos.
1. Adoren juntos.
Esto puede parecer una obviedad, pero puede pasarse por alto fácilmente. Si estás sirviendo en el ministerio infantil o en alguna otra área durante el servicio de adoración regular, podrían pasar semanas o meses sin sentarte juntos en un servicio religioso real. No hay nada malo en servir (incluso lo incluimos en esta lista), pero no dejes que se convierta en un obstáculo que te impida crecer juntos espiritualmente.
2. Oren unos con otros.
La oración es como el pegamento espiritual del matrimonio. Y dado que la mayoría de las relaciones viven y mueren gracias a la comunicación, tiene sentido que éste sea un ingrediente clave para un matrimonio exitoso. Cuando oras con tu cónyuge, tu corazón está a la vista y puedes sentirte vulnerable, lo cual no siempre es fácil. Pero se sorprenderá de cuánto pueden crecer juntos con este sencillo proceso.
3. Servir como pareja.
Aprenderán mucho unos de otros cuando desvíen su atención de ustedes mismos y se concentren en servir a los demás. Ver a su cónyuge ser tutor de un niño en un programa extraescolar o hablar con no creyentes sobre Jesús puede profundizar radicalmente su amor y aprecio por su corazón. Cuando los ves practicar y cultivar ese tipo de humildad, puedes recordarte por qué te enamoraste de ellos en primer lugar.
4. Dar juntos.
Estamos hechos a imagen de Dios. Dado que Él es el dador supremo, tiene sentido que seamos más parecidos a Él cuando practicamos la generosidad. Una cosa es tomar decisiones sobre dar por tu cuenta, pero cuando tomas esas decisiones con tu cónyuge, le estás permitiendo experimentar a Dios y todas sus bendiciones contigo. Además, el diezmo puede desafiar y ampliar tu fe, especialmente si tienes un presupuesto ajustado.
Recordatorio adicional: viva intencionalmente.
La intencionalidad se ha convertido en una palabra de moda, pero intencionalidad es exactamente lo que necesitas para crecer espiritualmente como pareja. Como cualquier cosa que valga la pena lograr, requerirá decisiones deliberadas y diligencia. Ninguna pareja tropieza con el crecimiento espiritual.
La madurez espiritual no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso. Pero a medida que avance, su vida (y su matrimonio) nunca volverán a ser los mismos.
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