El secreto para una retroalimentación eficaz de los empleados
Los buenos líderes conocen a las personas de su equipo. Consiguen que todos vengan a la mesa con estilos de personalidad únicos. Si ha utilizado el sistema de perfiles DISC en su negocio, lo ha visto en acción. El DISC es una herramienta de evaluación de la personalidad que las empresas pueden utilizar para ayudar a sus empleados a descubrir su personalidad y sus tendencias de comportamiento. Por ejemplo, el perfil muestra que a algunas personas les encanta hablar. Otros indagan en los detalles. Algunos son directos y otros odian que los apresuren. Y todos responden de manera diferente a su liderazgo. Esto es especialmente cierto cuando les das retroalimentación.
Saber cómo hablar con los miembros de su equipo en función de sus personalidades hace que su estilo de liderazgo sea más efectivo. A continuación se detallan los cuatro tipos diferentes de personalidad y algunos consejos para liderarlos bien:
D—Estilo decisivo
Estas personas son duras. Son confiados y directos. Al ofrecerles críticas constructivas, puedes ser directo. Vaya al grano. No te andes por las ramas, no te vayas por la tangente y no uses mucha tontería. Pueden ser impacientes y tener poca capacidad de atención. Cuando hable con un D, señale más de un área que necesita mejorar. ¿Por qué? Porque estos miembros del equipo están enfocados y se enfocarán en ese problema que usted ha mencionado. Como resultado, dejarán que otras cosas desaparezcan del radar. Recuerde también que a los D no les gusta ser vulnerables, por lo que entrenarlos a veces puede ser un desafío. No siempre les gustará, pero te escucharán.
I—Estilo interactivo
Estos empleados son las mariposas sociales. Les encanta ser afirmados y elogiados. Me gusta hablar, así que entra con un plan de juego o te desviarás. Vaya al chat normal al principio (familia, planes de fin de semana, pasatiempos, etc.) y luego bríndeles sus comentarios. Tienen miedo de la desaprobación, así que asegúrese de validarlos también. Hágales saber que está tratando de cambiar un comportamiento, no cambiarlos personalmente. Necesitan saber que todavía te agradan. Además, los I pueden estar desorganizados y, a veces, carecer de seguimiento, así que repase su punto varias veces y envíe un correo electrónico con la misma información.
S—Estilo estabilizador
Estos son los miembros más leales de tu equipo. Se preocupan por sus compañeros de trabajo y les gusta trabajar con otros. Valoran tu opinión, así que ten cuidado al ofrecer comentarios. Primero, hable sobre las cosas buenas que están haciendo y luego señale el área que necesita mejorar. Pero no termines la conversación ahí. Pídales su opinión con preguntas como: “¿Qué podemos hacer?” o “¿Cómo podemos hacer . . . ?” Note la palabra nosotros. Usar “nosotros” en lugar de “tú” ayuda a que una S sienta que están trabajando juntos. Además, si flexionas demasiado tu personalidad D, podrías violar su confianza (¡y eso es difícil de recuperar!). Programe una reunión de seguimiento para volver a comunicarse con ellos.
C—Estilo cauteloso
A estas personas les encantan los detalles y los datos. Cuando hable con ellos, proporcione ejemplos, informes, números y otra información para respaldar sus comentarios. Puede que al principio se pongan a la defensiva, pero escucharán tu entrenamiento si confías en los hechos. No juegues con las emociones. Eso será contraproducente. Dé tiempo a C para que formule un plan de progreso y acuerde un momento para revisarlo. Asegúrese de afirmar su lógica y precisión.
Después de dar tu opinión
Con todos los miembros del equipo, sin importar sus estilos de personalidad, haga una cosa más que la mayoría de los líderes olvidan: ¡hacer un seguimiento! Ya hemos mencionado esto, pero muchos líderes luchan con esto. Reserve tiempo en su calendario para volver a dar vueltas dentro de una semana aproximadamente. Ofrezca sugerencias si tienen dificultades con los cambios.
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Recuerde, contrató a su equipo por sus habilidades y excelencia. Pero por muy capaces que sean, siempre pueden crecer. Como líder, desea ayudarlos a mejorar, porque cuando lo hacen, su negocio crece y gana. ¡Y esos resultados valen el tiempo y el esfuerzo que se necesita para dar retroalimentación!
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