Punto de inflexión: de la tragedia a la generosidad

Vea la última historia libre de deudas de nuestra serie de videos, Turning Point.

George y Liz eran como la mayoría de las parejas de recién casados.

Jóvenes y enamorados, esperaban construir una vida juntos. Aproximadamente 18 meses después de casarse, Liz dio a luz a su primer hijo, una niña. Otros 18 meses después, llegó una hermana. Y dos años después, una tercera niña se unió al clan. La familia perfecta.

Y entonces sus vidas dieron un vuelco.

Su tercera hija enfermó. Un tumor maligno. Ella tenía sólo 12 meses en ese momento.

“Descubrir que su hija tiene cáncer es simplemente sorprendente. Es indescriptible”, recordó Liz.

Los siguientes seis meses fueron borrosos. Pasaron por seis rondas de quimioterapia. Pasarían una semana en el hospital seguida de dos semanas en casa. A veces hacían viajes adicionales al hospital para hacer frente a complicaciones. Esa era la rutina “normal”.

Estábamos en modo de supervivencia. No más planificación de compras… Tenías que alimentar a la familia. Simplemente agarrabas la comida y las ponías en la mesa”, dijo Liz.

Simplemente estaban aguantando.

Afortunadamente, no estaban solos. Sus amigos, familiares y comunidad se unieron a ellos. Las tarjetas de regalo llegaron por correo. Antiguos compañeros de trabajo ofrecieron ayuda. Incluso los desconocidos aportaron dinero para aliviar la carga financiera. La efusión de amor y apoyo abrumó a la pareja.

Ese fue el punto de inflexión.

“Me sentí responsable de asegurarme de que estuviéramos en una posición en la que pudiéramos hacer lo mismo. Fue entonces cuando ocurrió el punto de inflexión, donde dijimos: ' Necesitamos liberarnos de nuestras deudas y liberarnos de nuestras deudas tan pronto como podamos. ,' ”, dijo Jorge.

Habían asistido a la Universidad para la Paz Financiera poco después de casarse, pero en ese momento no estaban del todo convencidos. Sin embargo, gracias a esa clase sabían qué hacer. Se ajustaron al presupuesto. Dejaron de salir a comer tanto. Buscaron puntos en el presupuesto donde podrían destinar dinero extra a la deuda. Cancelaron suscripciones y vendieron cosas que no necesitaban.

Y utilizaron el sistema de sobres, que fue de gran ayuda.

“Cambiar al efectivo me hizo responsable. Cuando los sobres estaban vacíos, teníamos lo que había en los gabinetes. A menudo, al final del mes teníamos algunas comidas interesantes, si se les puede llamar comidas. No soy seguro que a veces”, admitió Liz.

Ahora libres de deudas y con un niño de 12 meses agregado a la familia, esperan poder dar a otros con la misma generosidad que experimentaron.

“De todos modos, no es nuestro dinero. Es el dinero de Dios. Necesitamos buscar Su guía en lo que debemos hacer con aquello con lo que hemos sido bendecidos”.

Y con esa perspectiva, podrán pagarlo durante mucho tiempo.

Para historias más inspiradoras como esta, aquí tienes todas las formas en las que puedes ver The Ramsey Show.

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